Tretas del destino


Hoy amanecí irreal, no encuentro un camino para seguir; recorro y recorro pero no encuentro el final, acaso no aprendí la lección. ¿Acaso sigo aquel camino que tiene un abismo que hace imposible el poder llegar a ti?

Tal vez al final no aprendí, y quiero volver, sigo queriendo llegar a ti, pero me di cuenta ya de la falsedad, pero la costumbre me puede más. Si no soy capaz de romperla, entonces ¿qué hago aquí? ¿De qué soy capaz?

El poder cambiar en cierto modo es un acto de sobrevivencia, no es el día, ni el momento, ni las palabras dichas. ¿Acaso busco la verdad por todos lados sin tener éxito al encontrarla? Tal vez busco un color pero la verdad absoluta no tiene ningún color en especial, ¿Entonces como busco? Si es negro decimos que es malévolo, si es blanco que es puro, pero… ¿A la verdad que color la identifica? ¿Acaso la verdad absoluta existe?



Mentiras tan ciertas como ellas para convencerme de lo que pienso que soy, no un ser más, pero un ser más si. ¿Te sorprende? Para mí no es lo mismo.

Amo a mis amigos y escucho a mis enemigos. Estas para mí son tretas del destino, cuando me dije a mi misma que de mi vida te borrare para que ya no duela más, pero sabes todavía sueño contigo. Verdades tan irreales como ellas para convencerme de lo mismo.

Y una lágrima que corre a paso lento por donde no le parece correcto seguir, y no ha llegado nunca tan solo está dormida en el recorrido, pero sueña; para mí esta es otra treta del destino…

Hoy amaneció claro, veo el sol y una luz interminable resplandece mi rostro, pero extraño la luna, que todavía no la he dejado ser libre, por dejar atrás esas noches contigo.

Las vueltas que da la vida, los cambios que nos sorprenden y aquellas personas que nos roban mil suspiros, todo se marcha un día. Pero no por el espacio en el que te encuentras, tampoco es culpable el momento, es el tiempo, pero ya no lo encuentro, ¿Acaso es el tiempo?

Para mí las palabras son palabras, solo eso y nada más, están ahí no por ti…sino para ti para que las escuches que no es lo mismo. Hoy amanece, mañana tal vez no, pero tampoco quiero un amanecer porque tu recuerdo resplandece en el sol que aparece, ¿Acaso quiero seguir viva? ¿Acaso con tu partida sigo viva? Ya no se…

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